In memoriam: Black Sabbath (1970-1978)



¿Qué es esto que se para frente de mí?
Figura en negro que apunta hacia mí
Doy la vuelta rápido, y comienzo a correr
Me entero que soy el elegido
¡Oh nooo!

Gran figura negra con ojos de fuego
Le dice a la gente sus deseos
Satán sentado allí, sonríe
Mira esas llamas, llegan más alto y más alto
¡Oh no, no, por favor Dios ayúdame!

¿Este es el fin, mi amigo?
Satán viene alrededor de la curva
las personas corren porque que se asustan
¡La gente mejor se vaya y tenga cuidado...!
¡No, no, por favor, no!

Estas estrofas podrían entenderse como un anuncio apocalíptico. O una invocación satánica. O un poema de horror. O la narración casi cronológica de un descenso al infierno. Incluso las cuatro cosas a la vez...

“Black sabbath”, el título de esta canción; Black Sabbath, el nombre del álbum al que pertenece, el primero; Black Sabbath, el rótulo escrito en piedra de lápida adornado con cuatro cruces de metal, que identifica a la banda cuya música poderosa y aura terrorífica los ha mantenido vigentes durante más de 3 décadas.

La banda surge en Aston, Birmingham (Inglaterra), un área industrial pobre y agresiva, donde gran parte de la población trabajaba por un sueldo escaso en las fábricas metalúrgicas y las minas de carbón. Los integrantes Tony Iommi (guitarra), Terry “Geezer” Butler (bajo), Bill Ward (batería) y John “Ozzy” Osbourne (voz) conocían esa vida dura, todos procedían de familias de clase trabajadora. Y sería esta condición difícil y este ambiente obrero el que influiría su sonido primitivo.

La vida previa de los integrantes en aquella tierra dura y sin sol no estaría exenta de incidentes gore. Tony Iommi perdió las puntas de dos dedos de la mano derecha (siendo él zurdo) durante su último día de trabajo en una fábrica. Ozzy Osbourne poseía un pasado laboral relacionado a la fontanería, degollar de reses en un matadero y una corta vida criminal que culminó en seis semanas de arresto en la prisión de Winson Green por robo, compartiendo celda con un asesino en serie. Acabando los sesenta, la opción parecía ser sólo una. Los Rolling Stones ya decían en una canción, precisamente de aquella época: “Pero qué más puede hacer un chico pobre, excepto tocar en una banda de rock & roll”.

Habiendo iniciado su andadura musical en 1969 tocando blues bajo el nombre de Earth, recorrieron los pubs y centros nocturnos de Birmingham, teniendo en cuenta que en aquel momento a las bandas de rock inglesas las definían su virtuosismo y complejidad, cosa que ellos no tenían. Poco después supieron que el rumbo que tomarían sería otro.

Cierto día de ensayo, Geezer Butler les mencionó a sus compañeros lo curioso que era ver a la gente pagar dinero para ser asustada con un film de terror, al referirse a una película de Boris Karloff que se exhibía en un cine local llamada “Black Sabbath” (Mario Bava, 1963). Fue a partir de este comentario que la banda decidió cambiar de nombre y estilo, dispuestos a tocar el rock más oscuro y macabro que jamás se haya escuchado. Ozzy Osbourne contaba a la revista Rolling Stone hace unos años que el guitarrista de Ten Years After, Alvin Lee, les decía que con ese nombre no llegarían muy lejos (!!!).

Grabado en dos días y con un presupuesto de 600 libras, la primera placa de Black Sabbath, fue editada el viernes 13 de febrero de 1970. Aunque mal recibida por la crítica e ignorada por los programadores radiales, esta producción empezó a venderse sola, logrando atrapar a un público ansioso de novedades y ya cansado del sonido psicodélico y las melodías del flower power.

La sonoridad tétrica producida en conjunto creaba un ambiente denso e inquietante. Entre campanadas lúgubres y lluvia nocturna, los perturbadores riffs de Iommi hacían la par con la voz de Osbourne, quien desgranaba la oscura poesía de las letras de Geezer Butler (lector acérrimo del novelista Dennis Wheatley) mientras él y Bill Ward guiaban el camino a la perdición a través de catatónicos y pesados ritmos. Mención aparte merece la misteriosa portada del álbum y el poema de horror “Still Falls the Rain...” inserto en una cruz volcada en la contratapa, los cuales, aun sin escuchar la música, daban cuenta de qué le esperaría al oyente al colocar la aguja sobre el vinilo.

La reputación que se iban creando les valdría la invitación de una secta satánica local, que esperaba contar con la presencia musical de Sabbath para acompañar sus rituales, misma que fue negada por la banda. Ozzy, temeroso de la revancha de estos ocultistas, pidió a su padre, artesano en metal, que hiciese cuatro cruces de aluminio para proteger a la banda.

Siempre inmersos en el ojo de esa tormenta de terror psicológico, invocación demoníaca y macabra locura, la llegada de sus ahora clásicos “Paranoid” –single y álbum (1970), Iron man”, “N.I.B”, “War pigs”, “Sweet leaf” y el álbum Master of reality (1971) marcarían el pulso de una nueva década musicalmente más violenta (tanto en propuesta como en respuesta) que la antecesora, entre el cinismo, el hedonismo y el destape generado por la cultura de las drogas duras.

El contexto bélico de Vietnam, que les sirvió de inspiración en sus visiones de Apocalipsis nuclear, se entremezclaba con alegorías a las drogas e historias de hechicería. Ya partir de su cuarta producción, Vol. 4 (1972), el consumo de cocaína se hizo recurrente en la banda, que ya empezaba a percibir los frutos de su fama.

1973 sería un año activo en giras y grabaciones. Estadios llenos, dominados por la presencia de cuatro músicos despiadados, liderados por un frontman ataviado en chaquetas con flecos, alzando los brazos –en la provocadora y famosa pose de Richard Nixon- cual predicador loco ante su congregación.

Grabado en un castillo embrujado en Gales e imbuidos en la mística del escritor Aleister Crowley, la banda sacó ese año Sabbath bloody sabbath (1974), álbum en el que empleaban sintetizadores por primera vez, a cargo del invitado Rick Wakeman. Ozzy –quien desde aquel entonces tiene a “Goodbye yellow brick road” de Elton John entre sus melodías de cabecera- armonizaba mejor que nunca; Geezer, responsable de la mayor parte de las letras, había alcanzado ya puntos interesantes en composición; mientras que la dupla Iommi/Ward lograban una interesante fusión entre el acid blues, el jazz y el hard rock a través de sus potentes interpretaciones.

Se encontraban en un momento en el que el potencial sonoro individual mostraba su mejor cara, aun sin los efectos colaterales que traería su estilo de vida.

Los sicóticos setentas, entorno ideal para el exceso, el mesianismo, la ambigüedad sexual y el virtuosismo del rock mainstream, veían como la línea del naciente Heavy Metal que proponía la banda alcanzaba su cenit, según muchos historiadores del rock, en el disco Sabotage -quizá una de los peores artes de portada de la historia del rock, irónicamente- en 1975.

Tres años después, ya con las placas Technical ecstasy (1976) y Never say die! (1978), la banda original despedía a Ozzy Osbourne por sus agudos problemas de adicción a las drogas y al alcohol, iniciando así una larga etapa que cambios al interior de Sabbath, por cuyas filas desfilaron célebres figuras del rock como Cozy Powell, Ian Gillan, Ronnie James Dio, Glenn Hughes, Vinnie Appice y un largo etcétera, quedando Tony Iommi como único miembro inamovible.

Tras ocasionales reuniones esporádicas –una de las más importantes en el megaevento benéfico Live Aid (1985), el line up original salió de gira y publicó el disco en vivo Reunion (1998), añadiendo un par de tracks nuevos. Sólo les tomó 20 años darse cuenta de la influencia que dejaron a las generaciones que los sucedieron en ese visceral, radical y, sobre todo, trasgresor modus vivendi llamado Heavy Metal. Un grupo que, a la postre, se convertiría en una especie de santo grial de bandas de HM de las décadas futuras.

Tony Iommi, el metódico ; Geezer Butler, el enérgico; Bill Ward, el agresivo; Ozzy Osbourne, el trastornado...

El primer y, personalmente, el mejor Black Sabbath.

Never say Die!

La Revolución Beatle: Sgt. Pepper’s Lonely Hearts Club Band.


“Fue hace [¡cuarenta!] años atrás, cuando Sgto. Pepper enseñó a la banda a tocar..."


1967 traía consigo vientos de cambio para la cultura popular, la industria discográfica y, en especial, para el Rock. La inminente proyección de este género musical como símbolo de una generación se hacía evidente en un contexto de juventud contestataria, ambiente rebelde y flower power. Para los Beatles, quienes traían con ellos ya cuatro años de éxitos consecutivos, este sería un año muy especial.

En palabras de Mark Lewisohn, autor de The complete Beatles chronicle (2003), el momento de la banda era este: “[Se encontraban] en la cima de su capacidad creativa colectiva, finalmente liberados de los grilletes de las giras, con la popularidad global asegurada y la beatlemanía en agradable declinación (...) ahora eran cuatro jóvenes posesionados y financieramente asegurados, que hablaban para la juventud porque eran parte de ella”.

La grabación del nuevo disco, iniciada ya el pasado año, se mantuvo en secreto absoluto y sólo fue precedida por el single “Strawberry Fields Forever/ Penny Lane”, editado en febrero de 1967, mismo que daba una idea de los cambios sustanciales que se gestarían en el LP. La crítica inglesa esperaba impaciente su aparición.

Finalmente, después de 129 días de trabajo entre Diciembre de ’66 a Marzo de ’67, es presentado el 1º de Junio Sgt. Pepper’s Lonely Hearts Club Band, conteniendo doce canciones firmadas por Lennon y McCartney y una perteneciente a George Harrison.


...Han estado experimentando con el estilo, pero una sonrisa está garantizada...


Desde los puntos de vista estético, musical, técnico y de imagen, esta producción plantea nuevos parámetros por su originalidad, habiendo marcado un hito en todos estos aspectos.

La portada del LP es una divertida composición acorde con la estética pop de aquellos años, que presenta al grupo como la banda de corazones solitarios del sargento Pepper, vestidos con coloridos trajes de banda militar y aspecto desaliñado, mostrando así su renovación con respecto a la imagen convencional de boy band uniformada en trajes de Coco Channel.

El cuadro se completa con las imágenes de numerosos ‘invitados’, referentes e influencias de cada miembro, que van desde Karl Marx a Laurel y Hardy, pasando por Oscar Wilde, Marilyn Monroe, Marlon Brando, Bob Dylan y Lewis Carroll. Incluso se permiten un espacio para el sarcasmo, al colocar una muñeca que lleva en su abrigo la frase: ‘Welcome The Rolling Stones. Good Guys’, en un gesto de desprecio a la campaña de enemistad y eterna competencia que los medios habían iniciado años atrás entre ambas agrupaciones.

Además, Sgt. Pepper’s... estaba pensado como un álbum conceptual, en el cual todas las canciones circundarían una temática común: la de recrear un ambiente de tintes circenses y espectáculo itinerante protagonizado por los personajes de la tapa; idea que fue abandonada a medida que nuevas composiciones salían al éter durante la grabación y la imposibilidad de hilvanarlas entre si, quedando como evidencia “For the Benefit of Mr. Kite”, “Fixing a Hole”, “Good morning Good morning”, “With a little help from my friends” y las canciones de inicio y cierre que dan nombre al disco.

En este aspecto, y más allá de esa intención fallida, el mérito de esta producción está en desligarse de los hit singles, de las canciones popularísimas previamente promocionadas, que se acumulaban en el LP con otras tantas de relleno. Siendo que la mayoría de las bandas de la Invasión Británica como The Who o The Animals vivían como “bandas de singles”, fue a partir de entonces que se repensó la producción sobre el concepto de álbum como unidad. Concepto ahora en declive debido a la expansión del nuevo mercado del download y el formato MP3.

Al hablar del sonido final alcanzado en la obra, éste tiene como protagonista al productor de la banda George Martin (ahora Sir) quien traduce en una experiencia auditiva las psicodélicas visiones de la banda.

El panorama previo ya daba importantes señales de innovación temática y técnica, con obras como Pet Sounds de los Beach Boys o Revolver (ambos de 1966) de los mismos Beatles, presentando experimentos sonoros arriesgados y propuestas líricas cada vez más alejadas del pop convencional.


Así que permítanme presentarles, el espectáculo que han estado conociendo por todos estos años...


Las canciones del Sgt. Pepper’s... con el tiempo se convirtieron en clásicos de la banda. El consumo de drogas alucinógenas, como el ácido lisérgico (LSD), que experimentaron en la época se reflejó en muchas de sus canciones, haciendo que su capacidad compositiva se expanda hacia la memoria caótica y la imaginación lúdica influenciada, según algunos autores, por el escritor Lewis Carroll.

Más allá de las canciones pensadas para el álbum conceptual- que reflejan tanto en instrumentación como en efectos sonoros ese ambiente festivo con sabor a añejo- la fusión de ritmos, sonidos y líricas demuestran que éste es un espacio suficientemente amplio como para contener tanto el misticismo (“Within you without you), como la fantasía (“Lucy in the sky with diamonds”) la narrativa (“When I’m 64) y la introspección (“A day in the life”), además de diversos estilos y formas musicales que van desde el rock al clásico, atravesando la música oriental, el pop (“Getting better” ”Lovely Rita”) y la balada (“She’s leaving home”).

También merece mención especial el álbum Magical Mistery Tour (1967), considerado como continuación del Sgt. Pepper’s... que resultó en parte de las mismas sesiones de grabación. Este álbum, aun más lisérgico que su predecesor, incluye clásicos como “I am the walrus”, “All you need is love”, “Strawberry fields forever” y “Penny Lane”.

Magical Mistery Tour fue presentado como la banda sonora del mediometraje para televisión del mismo nombre. Producida, dirigida y protagonizada por los Beatles, tuvo un escaso éxito comercial y de crítica.

Quizás el rompimiento más importante dentro los cánones musicales fue la compleja mezcla de música popular y erudita, donde el rock (concebido hasta entonces como rock ‘n roll o pop sin crear distinción entre ambos) adquiere un nuevo sentido. A partir de entonces, el rock es tomado en serio tanto por su versatilidad como por su complejidad. La experiencia de este álbum influiría notablemente en la consolidación de muchos subgéneros del rock a lo largo de las décadas siguientes (rock progresivo, rock sinfónico, jazz rock) así como corrientes que nacieron en contraposición a ella (heavy metal, punk rock).


...¡¡¡Sergeant Pepper’s Lonely Hearts Club Band!!!


Después de este celebrado momento, a los Beatles sólo les quedarían tres años de vida como banda. El trabajo en unidad plasmado en esta obra ya no se vería en trabajos posteriores y serían los mismos logros alcanzados los que comenzarían a abrir y agrandar la brecha entre sus egos, poniendo de manifiesto sus inquietudes artísticas individuales por encima del grupo.

Sobre el Sgt. Pepper’s quedaría marcado el reconocimiento como el mejor momento de la banda de Liverpool, siendo una obra como esta el reclamo para su reunión desde el momento de su ruptura (abril de 1970) y durante la década del setenta.

Un ejemplo es el rumor difundido en 1974 acerca de supuesto álbum conceptual que los Beatles estarían haciendo referente al escándalo de Watergate, mismo que fue desmentido por Paul McCartney en el momento.

Sin embargo, cuarenta años después, este álbum aún es considerado como pieza clave de la historia del rock. Publicaciones especializadas como Rolling Stone y Melody Maker la reconocen como el álbum más importante e innovador de la música popular.

Una obra en la cual John, Paul, George y Ringo, que aún estaban lejos de los 30 años de edad, demostraron los verdaderos alcances del rock como género musical. Y tanto los admiradores como los detractores coincidirán en que hubo un antes y un después de este álbum y, más aún, un antes y un después de lo que éste originó y origina ahora.


...Never could be any other one Never could be any other one Never could be any other one...



Datos y curiosidades sobre el Sgt. Pepper’s...:

• Por la portada del álbum, fotografía de Robert Fraser sobre el concepto del artista pop Peter Blake, éstos percibieron 1.700 libras, sin incluir costos de producción, que superaron las anteriores inversiones en grabación de la banda.

• Entre las imágenes de los personajes que debían aparecer en la portada del disco, Los Beatles querían incluir a Adolph Hitler y Mahatma Ghandi. Sin embargo, ante el escándalo que suscitó la declaración de Lennon sobre ser “más grandes que Jesucristo”, la discográfica EMI se rehusó a la petición. El actor Leo Gorcey exigió regalías por la aparición de su imagen, por lo cual fue suprimida.

• La fotografia del reverso del vinilo de 1967, en la cual Paul McCartney sale de espaldas, originó el mito difundido por la prensa sensacionalista inglesa -apoyado por “señales” aparecidas en otras portadas y canciones- de que él estaba muerto.

• Este es el primer álbum en incluir las letras completas de las canciones. Además, el LP de 1967, fue uno de los primeros en formato bíptico y se distribuía al interior de un sobre con un diseño psicodélico de los artistas Simon y Marijke of the Fool. Otros regalos añadidos incluían bigotes, postales, bandas, insignias, lápices de color y un portadiscos, a lo que EMI se opuso por los gastos y problemas de marketing subsecuentes.

• El total de cinta registrada por George Martin para la grabación del disco suma 700 horas. En comparación, su primer disco Please, please me (1963) registró 585 minutos.

• Paul McCartney tenía 24 años cuando dirigió la orquesta de 40 instrumentistas para “A day in the life”. Todos ellos, a solicitud de McCartney, debían llevar traje formal acompañado de algún accesorio burlesco como narices de cerdo, anteojos gigantes y antifaces.

• Al final de “A day in the life”, a pedido de John Lennon, se incluyen unos segundos de tonos emitidos a 15 kilociclos, inaudibles al oído humano, pero especiales para molestar a los perros.

• En 1978, se estrena el film Sgt. Pepper’s Lonely Heart’s Club Band, dirigido por Michael Schultz e inspirado en canciones del álbum y del posterior Abbey road, a pesar de carecer de la participación y el beneplácito de los miembros de la banda ya disuelta. Contando con actuaciones de Peter Frampton, los hermanos de Gibb de Los Bee Gees, Alice Cooper y otros músicos de la época, fue aun más desdeñado por la crítica que Magical Mistery Tour y supuso un fracaso comercial.

• La canción “Sgt. Pepper’s Lonely Heart’s Club Band” fue la canción emblemática del evento Live 8.

Nota 1. (Este artículo fue terminado el 1º Junio de 2007, exactamente 40 años después de la publicación del disco)
Nota 2. (Fue realizado “con una pequeña –gran- ayuda de mi amigo” Diego Quest)

[Fuentes: The Complete Beatles Chronicle (2003) de Mark Lewisohn. Pyramid Books. Rock en el cine (1999) de Eduardo Guillot. Editorial La Máscara. Booklet del CD Sergeant Pepper’s Lonely Hearts Club Band. Textos de Mark Lewisohn. Editado en 1987 por EMI Records. The Harmony Illustrated Encyclopedia of Rock (1992) de Mike Clifford et. al. Harmony Books. The Rolling Stone Enciclopedia of Rock ‘n Roll(2005) de Holly George-Warren y Patricia Romanowski. Fireside]